Tatiana se apresuró hacia la oficina de Don Quiñones, sintiendo su corazón latir a mil por hora en su pecho. Se preguntaba qué estaría ocurriendo para que él estuviera tan enfadado. Cuando entró en la habitación, pudo sentir una atmósfera tensa y pesada. Don Quiñones la miró con una expresión seria, y ella se quedó helada en su lugar. "¿Qué ha pasado con el informe del cliente Johnson?" Don Quiñones preguntó con voz grave y autoritaria. Tatiana tragó saliva y trató de recordar.

Recordaba haber trabajado en ese proyecto, pero no estaba segura de si lo había enviado o no. "Creo que lo terminé ayer por la noche," dijo ella con voz temblorosa. "¡Entonces, ¿dónde está?!" Don Quiñones gritó, casi tirando su café sobre su escritorio. "Lo siento, Don Quiñones, lo buscaré inmediatamente", tartamudeó Tatiana. Ella salió corriendo de la oficina y buscó por toda la empresa, preguntando a sus compañeros si habían visto el informe. Todos la miraban con desprecio, sabían que ella era la más distraída de todos.

Tatiana se sentía cada vez más frustrada y enojada consigo misma. Finalmente, cuando estaba a punto de darse por vencida, escuchó un murmullo en el pasillo. Se acercó con cautela y escuchó a dos compañeros de trabajo hablando sobre un archivo que se había eliminado accidentalmente de su sistema. Tatiana sintió como si una bombilla se hubiera encendido en su cabeza. "¡Ese debe ser el informe de Johnson!" dijo para sí misma. Rápidamente, se adentró en el sistema y buscó dentro de la papelera de reciclaje.

Y ahí estaba, el informe completo. Tatiana sintió la adrenalina recorrer su cuerpo de pies a cabeza. Sabía que había encontrado lo que Don Quiñones estaba buscando. Ella corrió de vuelta a la oficina, respirando con dificultad y sosteniendo el archivo cuidadosamente en sus manos. "Lo siento mucho, Don Quiñones. Aquí está el informe completo", dijo ella, colocándolo en su escritorio con una sonrisa triunfante.

Don Quiñones tomó el archivo y comenzó a hojearlo. Tatiana se mantuvo en pie, esperando su veredicto. "Hmm," murmuró Don Quiñones mientras leía. Tatiana pensó que lo había arruinado completamente. "Parece que has hecho un buen trabajo..." dijo finalmente, mirándola por encima de sus lentes.

Tatiana sintió como todo el peso del mundo se había levantado de sus hombros. "¡Gracias, Don Quiñones!" dijo ella, sintiéndose muy agradecida por su ayuda. Don Quiñones volvió a su trabajo y Tatiana se retiró de la sala, sintiéndose orgullosa de sí misma por haber encontrado el archivo que Don Quiñones necesitaba. Mientras caminaba hacia su escritorio, escuchó una voz susurrar su nombre. "Tatiana..." La voz parecía venir de una sombra oscura en la esquina de la habitación.

Ella se acercó con cautela, temiendo lo que podría estar esperando. Pero cuando llegó allí, vio a un joven con cara de misterio. "¿Quién eres tú?" preguntó, tratando de no temblar. "Soy un agente secreto y he venido a reclutarte", dijo él con un guiño. Tatiana sonrió, sabiendo que esto era solo un juego, pero una parte de ella se sintió emocionada por la perspectiva de una nueva aventura.